Escritora y periodista pero sobre todo aventurera. Quiso conocer Oriente Medio y logró llegar a zonas donde ninguna otra mujer europea había llegado, incluso convivió con tribus nómadas.
Con nueve años le regalaron el libro de «Las mil y una noches» quedando, desde aquel momento, enamorada de Oriente.
A Freya, cuyo idioma natal era el inglés, le encantaba la literatura francesa por lo que de manera casi autodidacta logró aprender dicho idioma. También por su cuenta aprendió Latín y más adelante, por su amor a Oriente, Árabe y Persa. A estos idiomas hay que unirles su conocimiento de Italiano por su infancia.
En 1927 viaja por primera vez a la ciudad de Beirut, siendo éste viaje el primero que haría por Oriente. Sus ansias de conocer y viajar lograron que en 1931 (4 años después de llegar a Beirut) ya había visitado el desierto del oeste de Irán y localizado el «Valle de los Asesinos» (ubicación de la tribu de los Nizaries). Estos viajes quedaron reflejados en uno de sus primeras obras «The Vallys of the Assassins», por la que recibió un premio de la Royal Geographical Society en 1933.
En 1935 viajó al sur de Arabia donde pocos exploradores se habían aventurado y ninguo llegó tan lejos como ella, publicando tres libros sobre el viaje y recibiendo de nuevo un premio de la Royal Geographical Society.
La II Guerra Mundial supuso un parón en sus viajes que aprovechó para colaborar con el ejercito británico en al creación de una red de propaganda dirigida a los árabes (Hermanos de la libertad) para que apoyasen a los aliados. Durante la guerra no paró de escribir pero en vez de sobre viajes, publicó varios ensayos.
Tras la guerra retomó sus ánsias de viajar, siendo su primer destino Turquía, volviendo a escribir sobre viajes.
Su último viaje fué aAfganistan cuando ya contaba con más de 70 años.
Siguió escribiendo y viajando casi hasta su muerte en 1993 con 100 años de edad.