Una de las grandes reinas de la historia. En poco más de 10 años convirtió un país ruinoso en un Estado floreciente.
Isabel lejos de ser una simple reina consorte, fue una gran diplomática y gobernante con el mismo poder que su esposo Fernando de Aragón. Es por ello que se acuñó la frase de «Tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando», frase que indica cómo el poder de ambos era equiparable.
Bajo el gobierno de Isabel y al unificar ambos reinos se consiguió pasar de unos reinos continuamente enfrentados y en una absoluta situación de pobreza, en un reino con una economía floreciente.
Durante su reinado se expanden fronteras y es bien conocido su apoyo a la expedición de Cristobal Colón que trajo el descubrimiento de América, la unión de las tierras de ultramar con la corona y grandes riquezas.
Para Isabel la Católica, los territorios de América y sus habitantes no eran meros territorios conquistados, en todo momento Isabel los consideró parte de su reino y a sus habitantes los consideró sus súbditos. Tan es así que fue la primera regente que se preocupó por los derechos de los indígenas, promulgando las leyes de indias, las cuales reconocían la propiedad de las tierras a los propios indios y prohibió la esclavitud. Su preocupación por los habitantes de las nuevas tierras queda bien reflejada en su última voluntad «… y no consientan ni den lugar a que los indios vecinos y moradores de las dichas Islas, y Tierra Firme, ganados y por ganar, reciban agravio alguno en sus personas y bienes, mas manden, que sean bien y justamente tratados, y si algún agravio han recibido, lo remedien y provean de manera,….»
Falleció a la edad de 53 años en el año 1504. Una edad muy avanzada para la época.